Este joven de 26 años que se llama casi igual que el nombre real del 'Divo de Juárez' nació de una relación del cantante fallecido con una empleada doméstica.
La repentina muerte de Juan Gabriel impactó a mucha gente, pero hay una persona para la que la temprana marcha del ‘Divo de Juárez’ realmente truncó sus más anheladas esperanzas. Como desvela este lunes el programa Primer Impacto, este joven vive en una casa de Nevada, en Estados Unidos, y tiene una vida como la de cualquier otro joven de 26 años. Sólo su madre y sus amigos más cercanos conocen el secreto que le ha acompañado toda su vida. Se llama Luis Alberto Aguilera, hijo de Alberto Aguilera, el verdadero nombre de Juan Gabriel.
Guadalupe es la madre de Luis Alberto. Ella fue empleada doméstica de Juan Gabriel y fue así como estableció una relación con el cantante que se culminaría con el nacimiento de Luis Alberto.
Pero, ¿por qué ha permanecido Luis Alberto todos estos años escondido?
El joven asegura que, aunque siempre quería pasar más tiempo con su padre, finalmente acabó entendiendo que era mejor guardar en secreto su verdadera identidad.
“Yo entendí que era importante mantener un anonimato por proteccion”, afirma. “Cuando era más chico fue bueno poder vivir y crecer normal, pero después siento que fue poniendo mi vida en pausa. Me quedé como en el limbo”.
Luis Alberto no puede evitar emocionarse mientras habla de su padre. El parecido del joven con Juan Gabriel es espectacular. Pero se necesita algo más que el parecido físico para demostrar el parentesco con el ‘Divo de Juárez’. Luis Alberto tiene en su poder un acta de nacimiento en el que figura el nombre de Alberto Aguilera como padre. Además, el título de propiedad de la casa donde vive en Nevada está también a nombre del cantante. Y no sólo eso, fotografías y notas manuscritas son su más preciado tesoro.
La relación con Juan Gabriel nunca fue como la habitual relación padre-hijo que puede existir en una familia corriente. Juan Gabriel mantenía contacto con Luis Alberto a través de correos electrónicos y lo visitaba cuando podía. Pero los escasos encuentros no era suficientes para Luis Alberto, quien tenía muchas preguntas sobre el resto de su familia.
El sueño del joven era poder tener más tiempo con su padre y que éste le llevara a conocer a sus hermanos, con quienes siempre deseó tener una relación. “Yo siempre quise conocerlos y que ellos supieran de mí, platicar con ellos. Tener algún tipo de contacto, pero la decisión de mi papá fue que no”, dice.
Laura Salas es la madre legal de los 4 hijos de Juan Gabriel. Sobre ella y sus hermanos Luis Alberto se muestra muy cauto. “Laura es madre de alguien, aunque yo nunca la he conocido, le quiero guardar un respeto y ojalá que sea mutuo”.
Su madre siempre le contó historias bonitas sobre sus hermanos, pero reconoce que tiene miedo de que ellos no quieran tener relación. Es por esto por lo que no acudió al funeral de su padre en Ciudad de México.
Esperanzas truncadas
Luis Alberto se enteró de la muerte de su padre por una llamada de un familiar de su madre. No quiso creerlo, no era la primera vez que salían rumores sobre la muerte de Juan Gabriel. Pero entonces entró en internet y empezó a ver los reportes que confirmaban la noticia. Se quedó en shock.
“Uno de mis primeros instintos fue salir corriendo y ver dónde estaba él, pero todo pasó tan rápido que cuando estaba empacando decían que ya estaba en otro lugar”, explica. Con respecto a sus hermanos, tuvo miedo de cómo ellos iban a reaccionar si de repente se presentaba en el funeral. “Me quise poner en sus zapatos y pensar… imagínate que se nos acaba de morir nuestro padre y que llega la noticia de que soy tu hermano”.
Siempre pensó que en algún momento las cosas se compondrían, que tendría más tiempo con su padre y que podría por fin conocer al resto de su familia. Todos estos deseos ya no serán posibles porque la temprana marcha de Juan Gabriel era algo con lo que él no contaba.
Luis Alberto decidió conceder esta entrevista a Univision para ser capaz de continuar con su vida. “Mi vida la he tenido en pausa, esperando y esperando. Ahora la persona en la que yo confiaba ya no está para decirme qué tengo que hacer. ¿Qué más puedo hacer?”.
Pese a todo, Luis Alberto sólo guarda buenos recuerdos sobre su padre. “Solo le puedo decir gracias por darme la vida”.
El testimonio de Luis Alberto es el de un hijo roto de dolor por la marcha de un padre. Pero es también un testimonio lleno de anhelos frustrados, de lo que pudo ser y no fue.
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